El siglo XXI es para las empresas,
el siglo de las grandes oportunidades las organizaciones deben saber monitorear su
entorno, adelantarse al futuro y renovarse constantemente para ser viables,
rentables y competitivas en una época de cambios acelerados a todos los
niveles, afectando en mayor o menor grado a todos los sectores económicos.
Tenemos que tener una posición de vigilancia permanente para detectar los
primeros indicios que nos hacen comprender que se debe comenzar una nueva etapa
en el proceso ininterrumpido
de transformación.
En este ensayo se detallan y especifican además de los
conceptos necesarios y de las herramientas imprescindibles,
algunas reflexiones acerca de cómo alcanzar esa implicación total. La administración estratégica
debe contar con la participación y el compromiso de todos los que trabajan en
esa entidad, no se trata de "dirigir a los seres humanos", si no de
"dirigir con los seres humanos". Cada persona que trabaja en una empresa debe conocer hacia dónde vamos, qué
perseguimos, con qué contamos y cómo alcanzaremos lo que nos proponemos.
El mismo se desarrolla en tres partes que aunque no están
delimitadas se enceuntran implícitas en el y son:
·
El primero versa
sobre "La gestión del Cambio como
sustrato de la administración estratégica".
En este se garantiza el sustento teórico práctico para
objetivizar que el pensamiento y la dirección estratégica
solo pueden concebirse como un proceso para transformar, adecuar y anteponernos
a los cambios en el entorno en donde nos desarrollamos. No se trata de una
"etapa de grandes cambios" sino de "cambios grandes de
etapas".
·
El capítulo segundo
aborda el pensamiento y la administración estratégica
en sí, reflexiones y meditaciones de su evolución en la
contemporaneidad.
·
Por último el
capítulo 3 ofrece un interesante análisis de la elaboración e implementación de las estrategias identificadas
Cambios organizacionales:
Las organizaciones cambian a mediada que los tiempos
avanzan, todo pasa y lo único que verdaderamente se mantiene estático, es el
mismo cambio.
El proceso de globalización de mantiene una incertidumbre a las
organizaciones que a un no se han sometido a los procesos de
transformación de sus estructuras, con el objetivo de
permanecer en un mundo cada vez mas globalizado.
Estos tiempos en que vivimos se han caracterizado por la
aparición de cambios en
todas las facetas de la vida económica, política y social. En esta última década
también se han apreciado tendencias significativas en las empresas y
organizaciones.
Obligando a los directivo a planificar, para lograr un sinergia de
restructuración y cambios organizativo, para reducir los costes de producción y
aumentar los beneficios.
Muchos son los elementos y circunstancias que están
cambiando de forma acelerada en el entorno empresarial de finales del siglo XX
y principios del XXI y de los cuales es imposible
permanecer ajenos. A consecuencia de la globalización de
los mercados contamos con un consumidor con un grado de exigencia mayor, y
además de eso tenemos unacompetencia que cada día esta más agresiva en su
afán por tener nuevos clientes.
Entre ellos podemos citar:
·
Aparición de nuevos
mercados globales y nuevas áreas productoras de bajo costo en todo el planeta, sobre todo en el área
asiática
·
Tendencia a la
evolución de usuarios pasivos a clientes con criterio y muchos más exigentes.
·
Exigencia de garantía
de calidad y reducción de los costos de producción para
entrar a competir en nuevos mercados y/o permanecer en los mercados habituales.
·
Conciencia creciente
de la necesidad de motivación y
aprovechamiento de la creatividad de
todos los trabajadores para reducir costos y añadir valor a los productos.
·
Desarrollo acelerado
de nuevos sistemas tecnológicos de información y telecomunicación para la automatización de procesos.
·
Integración de proveedores y
clientes en los diferentes procesos de la empresa,
entre otros.
·
El enorme crecimiento
y consolidación empresarial, con adquisiciones, fusiones y megafusiones.
Un elemento que intentaremos explicar y desentrañar en
este ensayo es que sólo es posible elevar verdaderamente la calidad de la dirección cuando
los directivos se convierten en agentes de cambio de forma permanente, cuando se
aprecia el cambio como algo impostergable.
Estos no son tiempos de "ordeno y mando", sino
que, por el contrario, deben asumirse con un creativo trabajo en
equipo, con liderazgo, con sinergia y consenso. El producto, el servicio a
ofertar, debe estar bien definido y haber sido presentado a los clientes
internos (los propios trabajadores de la empresa),
quienes lo aprobarán, sintiéndose parte del negocio, y sólo entonces debe ser
utilizado.
Los procesos de globalización de la economía, que trae consigo importantes cambios
socioculturales, y produce clientes más exigentes, que imponen nuevos retos a
la producción y a
los servicios. Todos estos procesos expuestos hasta ahora provocan
efectos en todas las organizaciones y empresas, diferenciándose de forma
pronunciada los años setenta de las postrimerías del recién extinguido milenio.
Si se realiza un análisis de la calidad en estos
períodos se observa que se pasa de un control de la calidad, a que la misma surja
como una filosofía de
dirección; de una calidad según normas técnicas a una calidad definida por el cliente.
En una primera etapa se identifican necesidades y en una segunda se crean
necesidades. La tendencia inicial fue vender lo que se producía y después
producir lo que se vendía. Si en una primera etapa el criterio de expansión era
consolidarse en el mercado nacional, actualmente se habla de
mercados internacionales.
Ante las preguntas:
- ¿Qué impactos han provocado estos cambios en la
dirección?
- ¿Se dirigen y se implementan los cambios en la
dirección al mismo ritmo que nos imponen la sociedad y el
auge del conocimiento y
la tecnología de hoy?
Cada vez más se imponen nuevas concepciones en torno a la dirección y se requiere de una
mayor preparación y profesionalidad para enfrentar con éxito estos
retos. Hace algunos años, se operaba en un medio definido y de una cierta
estabilidad, sin embargo actualmente el entorno está poco definido, y en
constante transformación, por lo que existe la necesidad de aprender a dirigir
inmerso en la incertidumbre, en la que lo único
estable es la inestabilidad.
Se han desarrollado habilidades y capacidades para
decidir y asumir riesgos, así como para conducir equipos de
trabajo, y analizar y reflexionar con detenimiento los procesos de
manera integral, y en especial para captar la esencia del entorno, para su
transformación y su conquista. La necesidad de cambio en las empresas y
organizaciones no solo es atribuible a razones de supervivencias, existen otros
motivos de carácter ético
que también ejercen su influencia y que también pueden entenderse como cambios
estratégicos, incluso al más alto nivel como la protección del medio ambiente, la eficiencia en el uso del dinero público y
la responsabilidad
social corporativa
entre otros.
La idea de perfeccionamiento continuo invade al mundo
empresarial en muchas organizaciones de punta en el mundo, impulsando a la
renovación y al cambio siempre para alcanzar el desarrollo y con
ello la mejora continua, contrastando con la ideología predominante
de los mediocres que reconoce la necesidad de cambio sólo cuando se ha hecho
algo mal. En un sistema tan complejo como es una organización empresarial en constante esfuerzo de
adaptación a su entorno, todo es susceptible de ser cambiado y mejorado
continuamente si desea mantenerse en el mercado y crecer.
Es bien sabido que la filosofía griega clásica llegó a
plantear que "el cambio es lo único
permanente", como diría Heráclito filósofo
griego que nació cinco siglos antes de Cristo y llamado en su época "el
oscuro" –a causa de la difícil comprensión de sus ideas- todo fluye. Para
él todo está en movimiento y
nada dura eternamente, por eso decía "no podemos bajar dos veces por el
mismo río, pues cuando desciendo al río por segunda vez, ni yo, ni el río somos
los mismos". Dicho de otro modo no debemos cometer el mismo error dos
veces, debemos aprender de nuestros errores, y aprender a identificar
alternativas de solución para mejorar.
Queda claro que en el ámbito empresarial las creencias y valores que
sustentan las estructuras y procesos se han de ir transformando continuamente
si han de permanecer vivas, es decir, han de tener una posición proactiva y
anticipativa.
Según Ernesto Gore "las organizaciones más
capaces de enfrentar el futuro no creen en sí mismas por lo que son, sino por
su capacidad de dejar de ser lo que son, no se sienten fuertes por sus
estructuras sino por su capacidad de hacerse con otras siempre que sea
necesario". El cambio es la realidad y pretender ignorarlo es suicida. Por
lo que se entiende que el que no se monta en ese acelerado tren de la modernidad y el cambio, basados siempre en la
mejora continua tiene un único camino y es desaparecer. Las organizaciones
proactivas se plantean el cambio cuando evalúan a diario sus competencias,
conjugado a una retroalimentación y
monitoreo del entorno y especialmente del mercado, intentan prever el futuro comportamiento de
estos, desarrollando entonces una visión estratégica que los sitúa en mejor
oportunidad para optimizar las nuevas oportunidades.
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