jueves, 7 de noviembre de 2013

Escuela de la administración estrategica


El siglo XXI es para las empresas, el siglo de las grandes oportunidades las organizaciones deben saber monitorear su entorno, adelantarse al futuro y renovarse constantemente para ser viables, rentables y competitivas en una época de cambios acelerados a todos los niveles, afectando en mayor o menor grado a todos los sectores económicos. Tenemos que tener una posición de vigilancia permanente para detectar los primeros indicios que nos hacen comprender que se debe comenzar una nueva etapa en el proceso ininterrumpido de transformación.
En este ensayo se detallan y especifican además de los conceptos necesarios y de las herramientas imprescindibles, algunas reflexiones acerca de cómo alcanzar esa implicación total. La administración estratégica debe contar con la participación y el compromiso de todos los que trabajan en esa entidad, no se trata de "dirigir a los seres humanos", si no de "dirigir con los seres humanos". Cada persona que trabaja en una empresa debe conocer hacia dónde vamos, qué perseguimos, con qué contamos y cómo alcanzaremos lo que nos proponemos.
El mismo se desarrolla en tres partes que aunque no están delimitadas se enceuntran implícitas en el y son:
·         El primero versa sobre "La gestión del Cambio como sustrato de la administración estratégica".
En este se garantiza el sustento teórico práctico para objetivizar que el pensamiento y la dirección estratégica solo pueden concebirse como un proceso para transformar, adecuar y anteponernos a los cambios en el entorno en donde nos desarrollamos. No se trata de una "etapa de grandes cambios" sino de "cambios grandes de etapas".
·         El capítulo segundo aborda el pensamiento y la administración estratégica en sí, reflexiones y meditaciones de su evolución en la contemporaneidad.
·         Por último el capítulo 3 ofrece un interesante análisis de la elaboración e implementación de las estrategias identificadas

Cambios organizacionales:

Las organizaciones cambian a mediada que los tiempos avanzan, todo pasa y lo único que verdaderamente se mantiene estático, es el mismo cambio.
El proceso de globalización de mantiene una incertidumbre a las organizaciones que a un no se han sometido a los procesos de transformación de sus estructuras, con el objetivo de permanecer en un mundo cada vez mas globalizado.
Estos tiempos en que vivimos se han caracterizado por la aparición de cambios en todas las facetas de la vida económica, política y social. En esta última década también se han apreciado tendencias significativas en las empresas y organizaciones.
Obligando a los directivo a planificar, para lograr un sinergia de restructuración y cambios organizativo, para reducir los costes de producción y aumentar los beneficios.
Muchos son los elementos y circunstancias que están cambiando de forma acelerada en el entorno empresarial de finales del siglo XX y principios del XXI y de los cuales es imposible permanecer ajenos. A consecuencia de la globalización de los mercados contamos con un consumidor con un grado de exigencia mayor, y además de eso tenemos unacompetencia que cada día esta más agresiva en su afán por tener nuevos clientes.
Entre ellos podemos citar:
·         Aparición de nuevos mercados globales y nuevas áreas productoras de bajo costo en todo el planeta, sobre todo en el área asiática
·         Tendencia a la evolución de usuarios pasivos a clientes con criterio y muchos más exigentes.
·         Exigencia de garantía de calidad y reducción de los costos de producción para entrar a competir en nuevos mercados y/o permanecer en los mercados habituales.
·         Conciencia creciente de la necesidad de motivación y aprovechamiento de la creatividad de todos los trabajadores para reducir costos y añadir valor a los productos.
·         Desarrollo acelerado de nuevos sistemas tecnológicos de información y telecomunicación para la automatización de procesos.
·         Integración de proveedores y clientes en los diferentes procesos de la empresa, entre otros.
·         El enorme crecimiento y consolidación empresarial, con adquisiciones, fusiones y megafusiones.
Un elemento que intentaremos explicar y desentrañar en este ensayo es que sólo es posible elevar verdaderamente la calidad de la dirección cuando los directivos se convierten en agentes de cambio de forma permanente, cuando se aprecia el cambio como algo impostergable.
Estos no son tiempos de "ordeno y mando", sino que, por el contrario, deben asumirse con un creativo trabajo en equipo, con liderazgo, con sinergia y consenso. El producto, el servicio a ofertar, debe estar bien definido y haber sido presentado a los clientes internos (los propios trabajadores de la empresa), quienes lo aprobarán, sintiéndose parte del negocio, y sólo entonces debe ser utilizado.
Los procesos de globalización de la economía, que trae consigo importantes cambios socioculturales, y produce clientes más exigentes, que imponen nuevos retos a la producción y a los servicios. Todos estos procesos expuestos hasta ahora provocan efectos en todas las organizaciones y empresas, diferenciándose de forma pronunciada los años setenta de las postrimerías del recién extinguido milenio.
Si se realiza un análisis de la calidad en estos períodos se observa que se pasa de un control de la calidad, a que la misma surja como una filosofía de dirección; de una calidad según normas técnicas a una calidad definida por el cliente. En una primera etapa se identifican necesidades y en una segunda se crean necesidades. La tendencia inicial fue vender lo que se producía y después producir lo que se vendía. Si en una primera etapa el criterio de expansión era consolidarse en el mercado nacional, actualmente se habla de mercados internacionales.
Ante las preguntas:
- ¿Qué impactos han provocado estos cambios en la dirección?
- ¿Se dirigen y se implementan los cambios en la dirección al mismo ritmo que nos imponen la sociedad y el auge del conocimiento y la tecnología de hoy?
Cada vez más se imponen nuevas concepciones en torno a la dirección y se requiere de una mayor preparación y profesionalidad para enfrentar con éxito estos retos. Hace algunos años, se operaba en un medio definido y de una cierta estabilidad, sin embargo actualmente el entorno está poco definido, y en constante transformación, por lo que existe la necesidad de aprender a dirigir inmerso en la incertidumbre, en la que lo único estable es la inestabilidad.
Se han desarrollado habilidades y capacidades para decidir y asumir riesgos, así como para conducir equipos de trabajo, y analizar y reflexionar con detenimiento los procesos de manera integral, y en especial para captar la esencia del entorno, para su transformación y su conquista. La necesidad de cambio en las empresas y organizaciones no solo es atribuible a razones de supervivencias, existen otros motivos de carácter ético que también ejercen su influencia y que también pueden entenderse como cambios estratégicos, incluso al más alto nivel como la protección del medio ambiente, la eficiencia en el uso del dinero público y la responsabilidad social corporativa entre otros.
La idea de perfeccionamiento continuo invade al mundo empresarial en muchas organizaciones de punta en el mundo, impulsando a la renovación y al cambio siempre para alcanzar el desarrollo y con ello la mejora continua, contrastando con la ideología predominante de los mediocres que reconoce la necesidad de cambio sólo cuando se ha hecho algo mal. En un sistema tan complejo como es una organización empresarial en constante esfuerzo de adaptación a su entorno, todo es susceptible de ser cambiado y mejorado continuamente si desea mantenerse en el mercado y crecer.
Es bien sabido que la filosofía griega clásica llegó a plantear que "el cambio es lo único permanente", como diría Heráclito filósofo griego que nació cinco siglos antes de Cristo y llamado en su época "el oscuro" –a causa de la difícil comprensión de sus ideas- todo fluye. Para él todo está en movimiento y nada dura eternamente, por eso decía "no podemos bajar dos veces por el mismo río, pues cuando desciendo al río por segunda vez, ni yo, ni el río somos los mismos". Dicho de otro modo no debemos cometer el mismo error dos veces, debemos aprender de nuestros errores, y aprender a identificar alternativas de solución para mejorar.
Queda claro que en el ámbito empresarial las creencias y valores que sustentan las estructuras y procesos se han de ir transformando continuamente si han de permanecer vivas, es decir, han de tener una posición proactiva y anticipativa.

Según Ernesto Gore "las organizaciones más capaces de enfrentar el futuro no creen en sí mismas por lo que son, sino por su capacidad de dejar de ser lo que son, no se sienten fuertes por sus estructuras sino por su capacidad de hacerse con otras siempre que sea necesario". El cambio es la realidad y pretender ignorarlo es suicida. Por lo que se entiende que el que no se monta en ese acelerado tren de la modernidad y el cambio, basados siempre en la mejora continua tiene un único camino y es desaparecer. Las organizaciones proactivas se plantean el cambio cuando evalúan a diario sus competencias, conjugado a una retroalimentación y monitoreo del entorno y especialmente del mercado, intentan prever el futuro comportamiento de estos, desarrollando entonces una visión estratégica que los sitúa en mejor oportunidad para optimizar las nuevas oportunidades.

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